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a la sociedad los resultados
de la I+D+i desarrollada en las
universidades y conseguir así
una comunicación más directa
entre la comunidad investiga-
dora y la sociedad”.
Es otro elemento más del mo-
saicode lacomunicaciónpúbli-
ca de la ciencia, una tarea en
la que están implicados perio-
distas científicos, comunicado-
res y, cada vez más, científicos
conscientes de su papel. Algu-
nas veces resulta sorprendente
tener que explicar a investiga-
dores,gentesempíricas,queen
comunicación no se gasta, se
invierte. El ejemplo de Atapuer-
ca debería ser suficiente para
mostrar las ventajas del esfuer-
zo, porquenoesposiblepensar
que el yacimiento es lo es si no
se hubiera invertido tanto tiem-
po, dineroe ingenioencontarlo
demanera atractiva por todo el
mundo. La NASA y el Proyecto
GenomaHumano sonotrosdos
buenos ejemplos de los frutos
quedaunaadecuada inversión
en comunicación.
Perohaydos razonesmáspara
no desfallecer en esto de la
comunicación de la ciencia.
Por una parte, el grueso de la
investigación se financiaenEs-
paña con fondos públicos, así
que los ciudadanos tienen de-
recho a saber cómo y en qué
se gastan sus dineros, la parte
desus impuestos, por pequeña
que sea lacifra, destinadaa in-
vestigación. Así que, informar a
quien paga es una necesidad
inexcusable, un derecho que
no sedebe hurtar.
Pero, por otro lado, en esta
sociedad hipertecnologizada,
no se puede dejar a una parte
sustancial de la población fue-
ra de los debates por incom-
parecencia, por falta de pala-
bras. El mundo se articula hoy
en torno a decisiones tomadas
según el conocimiento experto
y que afectan a toda la pobla-
ción.Nohayningúngrandeba-
te actual, del cambio climático
a la robotización, de lamedici-
na genética al alargamiento de
la vida, en el que la ciencia no
juegue un papel determinante.
Y si queremos una sociedad
verdaderamente democrática,
en la que los ciudadanos ten-
ganademásdeopinióncriterio,
es necesario que dispongan
de las palabras, de los conoci-
mientosnecesariosparaenten-
der, aunque sea someramente,
de qué se habla para poder
tomar partido, para ocupar su
lugar en el mundo.
Por todo ello, lo que se haga a
favor de la comunicación de la
ciencia se hace, en definitiva,
a favor de los investigadores
y de la investigación misma,
además de en favor de la so-
ciedad.Quizánobasteconello
para acabar con la lacrade las
falsasciencias, del reiki a laho-
meopatía, pero es un noble in-
tentoquemerece lapenayque
solo tiene ventajas.
L
as
universidades
son
un
caladero
básico
para
obtener
información
científica
.
El gruesode
la investigación
se financiaen
Españacon fondos
públicos, por loque
los ciudadanos tienen
derecho a saber cómo
y enqué segastan sus
impuestos.