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Jutta Schürmans, profesora de
alemán y responsable del Aula
Plurilingüe de Medioambiente
que organiza el Departamento
de Lenguas Aplicadas de la Uni-
versidad Nebrija, apuesta por to-
mar medidas personales como
por ejemplo separar y reciclar
más los residuos o cuidar la
alimentación al escoger los pro-
ductos que compramos. “Pode-
mos seleccionar productos eco-
lógicos o rechazar aquellos que
no se elaboran cuidando unos
principios de sostenibilidad del
planeta, y ahí se pueden incluir
las condiciones de trabajo, so-
bre todo de niños y mujeres”,
explica.
A pesar de ver un gran avance
en la sociedad española en este
sentido, la profesora, de origen
alemán, ve ciertas diferencias
respecto a su país natal, como
por ejemplo la necesidad de
establecer subvenciones y/o
facilidades para poner paneles
solares y para construir casas
ecológicas que puedan producir
su propia energía o incluso pro-
ducir un plus de energía. “A los
alemanes nos parece realmente
extraño e inconcebible que un
país como España aproveche
tan poco su potencial energé-
tico solar. En Alemania es muy
normal ver paneles solares en
cualquier casa”, destaca.
El transporte es otro de los pun-
tos a abordar si hablamos de
conciencia ambiental. Roberto
Álvarez, coordinador del
Grado en Ingenie-
ría Mecánica de la Universidad
Nebrija, piensa que la sociedad
cada vez es más consciente de
los problemas derivados de la
contaminación del tráfico, pero,
su nivel de comodidad puede
ser más alto que su conciencia-
ción.
“Hay que tener claro que existen
dos problemas a solucionar: la
calidad del aire que respiramos
y el cambio climático”, explica.
Una de las soluciones a esta
problemática podría ser el co-
che eléctrico, ya que colabora
con la erradicación del primero
de ellos, la contaminación del
aire, al no emitir por tubo de es-
cape en el lugar donde transita
se emiten cero óxidos de nitró-
geno y cero CO2. “Sin embargo
–expone el profesor–, la energía
para recargar esas baterías sale
de centrales eléctricas, que emi-
ten CO2. Luego
en el ámbito del
cambio climáti-
co ya no está tan
claro y hay más dudas,
porque cada país tiene su
infraestructura de generación
de energía eléctrica”. Por esta
razón, Roberto insiste en que
hay que mejorar en este aspec-
to a nivel mundial, promocio-
nando las energías renovables y
haciendo un esfuerzo conjunto
para alcanzar los objetivos de
reducción de emisiones de ga-
ses de efecto invernadero.
Y mientras esperamos a que
lleguen nuevos avances al res-
pecto, podemos intentar usar lo
menos posible el coche y más el
transporte público. Práctica que
ya realizan los estudiantes de
Nebrija. Según la citada encues-
ta, el 68% de los encuestados
utiliza el transporte público para
ir a la universidad, el 21% acude
en bicicleta o andando, un 9% en
coche o moto y un 2% en coche
compartido.
En definitiva, además de impul-
sar políticas orientadas a con-
servar nuestro medio ambiente,
todos tenemos la posibilidad de
reducir nuestra huella ecológica
y, como señala David de la Fuen-
te, “pasar de las grandes decla-
raciones a la letra pequeña de
las medidas necesa-
rias para preservar-
lo en nuestro
día a día”.
La sociedad
cada vez es más
consciente de
los problemas
derivados de la
contaminación
del tráfico,
pero su nivel
de comodidad
puede ser más
alto que su
concienciación.