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conocimiento
y
compro-
miso por un
ecos i stema
más sosteni-
ble en la mente,
corazón y accio-
nes de los estudiantes”.
En la misma línea, David de la
Fuente, director del Servicio de
Deportes y Clubes de la Universi-
dad Nebrija, destaca que la uni-
versidad es clave para cualquier
sociedad y para su transforma-
ción ya que de ella deben salir
mejores ciudadanos. Porque
esos ciudadanos que se forman
en la universidad tendrán las
herramientas para generar polí-
ticas de concienciación, modifi-
car procedimientos sostenibles
con el medioambiente, generar
hábitos responsables, etc. Se-
gún afirma, “la universidad debe
fomentar ese tipo de valores en-
tre sus alumnos. Es su respon-
sabilidad con la sociedad”.
David establece tres tipos de
posturas o disposiciones ciuda-
danas (todas ellas compatibles
entre sí) hacia el medioambien-
te: 1. Adhesión moral, sin que
esta encuentre expresión di-
recta en su estilo de vida o sus
preferencias políticas. 2. Coo-
peración voluntaria, consisten-
te en la adopción de conductas
sostenibles y medioambiental-
mente responsables en la vida
doméstica y el ámbito privado.
3. Participación activa, desarro-
llando un compromiso activo
con la causa medioambiental,
mediante distintas formas de
participación política y cívica.
Según asegura, los universita-
rios han crecido rodeados de
conceptos como cambio climá-
tico, reciclar, huella contaminan-
te… y tienen una mayor concien-
cia medioambiental que hace
años. “Se ha pasado de no dis-
poner de programas educativos
o talleres en los colegios a, por
ejemplo, condecorar y premiar a
los colegios de la Comunidad de
Madrid con la “bandera verde”
por buenas prácticas medioam-
bientales en relación a reciclaje
o huertos
escolares”.
A c c i o n e s
que también
se realizan en las
universidades, que
“llevan varios años
dando continuidad a lo que se
hace en la edad escolar a través
de los
Campus Saludables
, inte-
grando programas de actividad
física para fomentar el uso de la
bici, uso del transporte público,
o colocando puntos de recicla-
je, así como incluyendo en su
agenda políticas que fomenten
la concienciación sobre los pro-
blemas medioambientales”, ex-
plica.
Una evolución real y favorable
pero que aún tiene mucho ca-
mino que recorrer: respecto a la
adhesión moral a la que hace re-
ferencia David, los datos reflejan
que el 70% de los encuestados
tiene interés por los problemas
medioambientales. Sin embar-
go, si se les pregunta si toman
las medidas adecuadas para
minimizar su impacto en el me-
dio ambiente, y ahí entraría el
concepto de cooperación volun-
taria, las cifras varían. El 50% de
los encuestados reconoce que
solo a veces toma las medidas
adecuadas. Un 31% afirma que
sí y un 18% que no.
“Creo
que
la
conciencia
medioambiental me ha llegado
tarde, antes de independizarme
siempre me sentí ajena
a problemas como el
cambio climático o
El 69% de los
encuestados no
sabe la diferencia
entre vidrio
y cristal y el
32% tampoco
conoce qué es el
punto limpio de
la ciudad, datos
que inciden en
la necesidad de
más educación
y campañas de
información al
respecto.