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la dificultad para determinar
y modelizar los cambios que
acaecerán en el futuro, radica
en el papel relativo de los con-
troles que afectan y disparan
esos cambios, tales como la
variabilidad climática natural y
el papel antropogénico en los
cambios, los cuales se carac-
terizan por ser heterogéneos
en el tiempo y en el espacio, al
igual que la distribución espa-
cial y temporal de sus conse-
cuencias. El conocimiento solo
vendrá a través de la investiga-
ción científica rigurosa.
A los científicos les correspon-
de estudiar las causas, las con-
secuencias y la evolución del
clima a lo largo de la historia de
la Tierra y en el futuro. Los po-
líticos, por su parte, deberían
escuchar a los especialistas y
basar sus decisiones en datos
científicos. Pero además de
tener en cuenta las evidencias
que muestran los científicos,
es importante, por el bien de
todos, que se entienda correc-
tamente lo que éstos dicen. En
un reciente artículo publica-
do en The Washington Post el
profesor John Reilly, codirector
del MIT’s Joint Program on the
Science and Policy of Global
Change, se lamentaba de que
la actual Administración esta-
dounidense hubiera malinter-
pretado sus resultados científi-
cos para justificar la salida de
Estados Unidos del Acuerdo
de París.
Este importante acuerdo, firma-
do por 196 países en diciembre
de 2015, plantea unos objetivos
de reducción del calentamien-
to y de emisiones de gases de
efecto invernadero que están
basados en las recomenda-
ciones del Panel Interguberna-
mental para el Cambio Climá-
tico (IPCC). A su vez, el IPCC
basa sus recomendaciones en
la síntesis de las evidencias
científicas aportadas por el
conjunto de la comunidad cien-
tífica mundial.
Los retos que plantea el cam-
bio climático son importantes
y urgentes. Las soluciones son
complejas, entre otras cosas,
porque exigen acuerdos multi-
nacionales, acciones inmedia-
tas y a largo plazo, y actuar con
generosidad. Ante un proble-
ma de tal magnitud y de tras-
cendencia global se requiere la
participación de todos, en par-
ticular de quienes poseen más
capacidades y pueden contri-
buir en mayor medida.
L
as
soluciones
exigen
acuerdos
multinacionales
,
acciones
inmediatas
y
generosidad
Artículo publicado en
El País
, el 24 de junio de 2017