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Daniel Rozin.
Snow Mirror,
2007.
del Arte de la Universidad Ne-
brija, no existe el límite, ni en
los medios utilizados por los
artistas ni en su aproximación
al público: “La capacidad de
investigación constante que
caracteriza al artista contem-
poráneo hace que se reinven-
te con cada nueva aportación
tecnológica y con los nuevos
lenguajes que éstas le propor-
cionan. Richard Hamilton, uno
de los padres del Pop Art a fi-
nales de los años 50, entró de
lleno en el arte digital con más
de 70 años, y lo siguió desarro-
llando hasta su muerte”.
Tanto es así, que los espacios
expositivos se van adaptando
a esta ausencia de fronteras.
Como explica Marta, podemos
ver fotografías de la Bienal de
Venecia a mediados del siglo
XX y compararlas con imágenes
actuales, para observar dife-
rencias notables en los propios
espacios expositivos que ahora
tienen que adecuarse a nuevos
formatos y técnicas, que a me-
nudo incluyen medios tecnoló-
gicos. “El videoarte o las gran-
des instalaciones de arte digital
son un ejemplo. Incluso la red
se ha convertido en un gran
espacio expositivo en el que
viven y evolucionan obras que
solo pertenecen a este ámbito”,
apunta. “En esa línea – continúa
la profesora- el Museo Imagina-
rio ideado por André Malraux
en 1947, sin límites espaciales
ni temporales, tiene sentido
ahora en el amplio mundo de
Internet, en proyectos como la
Exposición Expandida o en las
propias redes sociales”.
Y para entender cómo se adap-
tan los espacios a las nuevas
creaciones, la profesora Kika
Beneyto propone acercarse a
la obra de Cristina Lucas. La
artista jienense trabaja sobre
todo la fotografía, pero tam-
bién aborda las instalaciones y
vídeoproyecciones. Del 15 de
septiembre al 5 de noviembre
expone la muestra
Manchas en
el silencio
en la sala Alcalá 31
de Madrid, cuyo eje principal
es
El rayo que no cesa
, una ví-
deo instalación construida des-
de la investigación que refleja
la crueldad de la guerra a tra-
vés de los ataques aéreos reali-
zados sobre civiles. Un trabajo
en el que el público se convier-
te en partícipe de la obra, entre
otras cosas, porque se trata de
un trabajo abierto a todo aquel
que ofrezca información rela-
cionada. De hecho, la artista
junto con el equipo investigador
continuará buscando y volcan-
do información a la base de da-
tos generada.
La conexión entre creador y pú-
blico de la mano de las nuevas
herramientas digitales se hace
más palpable. Aunque esta in-
teracción entre el público y obra
no es algo novedoso, como ad-
vierte la profesora Kika Bene-
E
milio
L
ópez
-
G
aliacho
: “L
o
digital
es
solo
una
posibilidad
más
,
que
debe
convivir
con
lo
analógico
de
forma
natural
”
