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NUESTRA
·
MAY 2015 · Nº 13
La tecnología avanza a un
ritmo vertiginoso, ¿cómo
afronta la RAE la inclusión de
la jerga tecnológica?
Con naturalidad. En uno de nues-
tros últimos plenos, celebrado
en marzo, se estuvo debatiendo
sobre el término
selfie
. En esto,
como hemos hecho siempre, hay
que ser cautos. Hay vocablos
que se ponen de moda y luego
desaparecen. La última edición
del diccionario incorpora nume-
rosas entradas relacionadas con
la ciencia y la tecnología.
¿Cree que las nuevas
tecnologías contribuyen a
desmejorar el uso de la lengua?
Internet, entre otras muchas
ventajas, nos ha proporcionado
la posibilidad de leer, escribir y
hablar más que en ninguna otra
época de la historia de la huma-
nidad. Es cierto que se han modi-
ficado algunos hábitos, especial-
mente por parte de los llamados
nativos digitales, algunos de los
cuales tienen cierta inclinación
a leer textos más cortos pero, a
la vez, se escribe mucho, aunque
sea con brevedad y con un esti-
lo diferente según los contextos.
La red, a mi juicio, puede ser de
gran ayuda para fomentar el in-
terés por la lectura y por el buen
uso de la lengua, sin desdeñar el
libro impreso en papel, al que le
auguro un buen porvenir durante
mucho tiempo.
¿Considera que la red puede
ser un buen vehículo de
enseñanza?
Lo importante, ya sea en la hoja
de papel o en la pantalla, es
mantener y preservar el valor de
la palabra en el aula. Por eso, mi
deseo fundamental es que los
recursos y contenidos puestos
a disposición de los usuarios en
nuestras páginas electrónicas
contribuyan a un mejor uso de
la lengua que compartimos qui-
nientos millones de hispanoha-
blantes en el mundo y ayuden a
mantener su unidad.
Ha sido rector de la
Universidad de Santiago de
Compostela y, además, es
patrono de la Universidad
Nebrija. Conocedor del
sistema educativo, ¿cómo
valora la adaptación al entorno
digital de la universidad
española?
Creo que, en general, las uni-
versidades españolas, como
las del resto del mundo, se han
beneficiado notablemente de
las herramientas digitales y se
han adaptado bien a ellas y a to-
das las opciones y ventajas que
ofrecen. Estas tecnologías faci-
litan mucho las tareas docentes
y serán una buena ayuda en el
aula y fuera de ella, sin perder
nunca de vista la importancia
del contacto con los profesores.
A escala general, ¿qué retos
debería asumir la universidad
española para competir
internacionalmente?
La clave es ofrecer una ense-
ñanza de calidad y para eso se
necesitan recursos y un profe-
sorado cualificado y entusiasta,
además de la implicación activa
de los estudiantes. Las univer-
sidades son lugares de efer-
vescencia donde las novedades
arraigan y existe una presión de
las nuevas generaciones. Es im-
posible anquilosarse.
Como creador de
UNIRISCO, sociedad de
capital riesgo para financiar
proyectos basados en la
transferencia de conocimiento
de la universidad a la empresa,
¿considera que una de las
asignaturas pendientes de la
universidad española es la
relación con la empresa?
Se han hecho muchos progre-
sos en este campo, pero hay que
mejorarlos. Las relaciones de las
universidades con las empresas
son fundamentales no solo en
el ámbito laboral, crucial para el
empleo de los nuevos titulados,
sino en el desarrollo de progra-
mas de investigación difíciles de
llevar a cabo sin ayudas y pa-
trocinios. Esta colaboración, si
se diseña y se gestiona bien, no
tiene por qué colisionar con la
autonomía que toda universidad
necesita para formar graduados
bien cualificados pero también
críticos e independientes.
¿Qué responsabilidad
tienen los docentes y
los comunicadores en la
protección de la lengua?
Mucha, casi toda. La escuela
es crucial en los primeros años
de formación. Por eso es muy
importante que los profesores
de lengua amen su trabajo y se
comprometan con él. Que dis-
fruten del privilegio que supone
enseñar los rudimentos y el ma-
nejo de nuestra lengua común a
los más pequeños. Y de la po-
sibilidad de tener en sus manos
la opción de despertar en los
jóvenes el interés y el placer por
la lectura de obras literarias. No
resulta a veces una tarea grata
porque siempre hay resistencias