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genierías deben cursar comple-
mentos previos. La mayor parte
de ellos ya ha tenido experien-
cia laboral antes de entrar en el
máster.
Jordi Cerezo, otro de los alum-
nos que integran el equipo, estu-
dió Ingeniería Industrial con es-
pecialidad en Mecánica Técnica
y descubrió el máster hace dos
años gracias a un programa de
televisión. En ese momento se
dio cuenta de que era la forma-
ción perfecta relacionada con su
pasión por el motor y se decidió
a intentarlo. A día de hoy, reco-
noce que el máster ha supera-
do todas las expectativas que
tenía, pues cuando se apuntó
ni siquiera sabía que tendría la
oportunidad de formar parte de
un equipo de competición. Para
él, “lo mejor es el profesorado.
Son todos grandes profesiona-
les con una amplia carrera”.
Dentro del máster se trabaja
para que sus integrantes entren
en contacto directo con empre-
sas del mundo del motor. Algu-
nos ejemplos son la visita a las
instalaciones de Magma Com-
posites, fabricante de piezas de
fibra de carbono para corpora-
ciones como Seat Sports, o de
ExternPro, proveedor exclusivo
de motores de Moto2. Durante
estos encuentros, los alumnos
pueden ver de primera mano el
funcionamiento y la dinámica
del trabajo que van a desempe-
ñar en el futuro.
Además, los alumnos, apasiona-
dos de los coches, no juegan solo
el papel de ingenieros dentro del
máster. También les ha picado el
gusanillo del pilotaje y, aunque no
pueden conducir en las carreras
por falta de licencia, han dado el
salto a la pista al volante de los
dos karts y el simulador con los
que cuenta la Universidad.
Al equipo le quedan hasta el mes
de junio dos carreras más, den-
tro del Campeonato Regional de
Madrid que da comienzo a prin-
cipios de 2017. Los alumnos ad-
miten que ganar una carrera en
esta competición “sería muy bo-
nito”, pero que el principal obje-
tivo es acabarlas todas y apren-
der a hacer frente a los fallos que
puedan surgir en cada prueba. A
largo plazo, tienen como meta ir
introduciendo mejoras en el co-
che para que sea más competiti-
vo y puedan ser utilizadas en los
próximos años.
Los estudiantes reconocen que,
una vez acabado el máster, les
gustaría entrar en algún equipo,
aunque en España la mayoría
son amateur. Sin embargo, tal y
como explican, “el valor añadido
que nos llevamos en las prácti-
cas y las maravillosas experien-
cias que estamos viviendo en
las carreras, no tienen precio”.
“No es lo mismo ‘ver’
lo que se hace en
los equipos, que ser
partícipe directo
de las decisiones
que se toman”,
afirma Luis Isasi,
coordinador del
Máster en Ingeniería
de Vehículos de
Competición.