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ninguno de esos vídeos incita
directamente a realizar un acto
terrorista”, aclara el fiscal. En la
misma línea, Clara Bayarri, ma-
gistrada de la Audiencia Nacio-
nal, también presenta
las dificultades con
las que la normativa
se encuentra a la hora
de hacer frente a esta
amenaza ya que la ley
debe tanto castigar los
crímenes como pro-
teger los derechos de
los ciudadanos y es ahí
cuando surge la con-
tradicción o la “trampa”
en la que las acciones
terroristas pueden refugiarse.
Bayarri pone como ejemplo el
problema para “diferenciar ju-
rídicamente entre terrorismo y
fanatismo religioso que se am-
para en la libertad de culto”.
El autodenominado Estado Is-
lámico cuenta con 46.000 pá-
ginas web de apoyo y entre
35.000 y 75.000 cuentas de
Twitter que se dedican no solo
a difundir mensajes de apoyo,
sino a justificar y publicar las
atrocidades que comete el gru-
po terrorista. “A través del domi-
nio del ciberespacio se pueden
controlar las acciones del terro-
rismo para prevenirlas y funda-
mentar las decisiones de las au-
toridades”, apunta el ex director
general de Política de Defensa,
Benito Federico Raggio Cachi-
nero, que remarca que resulta
fundamental la inversión y el
avance legislativo en el campo
de la seguridad, para utilizarlos
como herramientas de
prevención y ganar te-
rreno al terrorismo. En
este sentido, Raggio
Cahinero afirma que en
la estrategia seguida
para combatir el ciber-
terrorismo es más ne-
cesario “tener más ca-
pacidad para controlar
la red que aumentar el
número de efectivos”.
No sólo la red es un
caldo de cultivo de nuevos yi-
hadistas: las cárceles en las que
se encuentran numerosos jó-
venes cumpliendo condena por
delitos menores como robos o
tráfico de drogas son focos de
captación de nuevos soldados
para luchar por la yihad, expo-
“No se puede hacer nada
contra los repositorios de
internet que alojan vídeos
de carácter yihadista si
ninguno de esos vídeos incita
directamente a realizar un
acto terrorista”.